En España lo tienen claro. Han apostado por las energías renovables como base tecnológica sobre la que sustentar el futuro del sector del transporte privado. El consejero de Industria Bernabé Unda, anunció en Nueva York que tiene como objetivo lograr que el 10 % de los coches que circulen por Euskadi sean eléctricos para el año 2020. Esto se traduce en unos 25.000 automóviles que rodarán por las carreteras de la región gracias a la energía proporcionada por sus baterías. Esto lo dijo Unda en la reunión del EV20 (Electric Vehicle 20), un grupo de trabajo que pretende liderar el apoyo institucional al coche eléctrico y que agrupa entre sus filas al País Vasco, Francia, Quebec y marcas como Renault o Peugeot.
El consejero propone que las empresas vascas sean las que fabriquen gran parte de los nuevos coches eléctricos y sus componentes. Además, ha firmado un convenio con Repsol para la implantación de “electrolineras” por todo Euskadi, lugares de repostaje equivalentes a las gasolineras de toda la vida pero donde los vehículos puedan enchufarse a la red y recargar sus baterías por un coste razonable. En Octubre se inicia formalmente la construcción de estas estaciones de carga que servirán como poderoso impulso para considerar los coches eléctricos en España como una alternativa viable. Aparte de esto, también han suscrito un convenio con Mercedes para que produzca furgonetas eléctricas en una planta de Vitoria, en ese mismo mes. Como colofón de estas medidas de apoyo, Unda remarcó que las leyes se adaptarán para promocionar el uso del vehículo eléctrico, sobre todo a nivel municipal.
El impacto que este plan producirá en el ámbito industrial se traduce en que las 300 empresas que facturan más de 10.000 millones de euros anuales en componentes y proporcionan empleo a cerca de 60.000 personas, verán incrementados sustancialmente sus ingresos. Según un estudio del Observatorio de Prospectiva Industrial (OPI) de Cataluña, la llegada el coche eléctrico reordenará el sector de los componentes, obligando a las empresas a reciclarse si quieren permanecer con los mismos índices de ventas que hasta ahora. Los artículos derivados de los coches de combustión, como por ejemplo, los tubos de escape, sufrirán caídas de venta dramáticas, pero se compensarán con la aparición de las baterías o la electrónica de potencia. Si consiguen adaptarse a los nuevos tipos de producto, se estima que las empresas obtendrán rendimientos superiores en las ventas de este tipo de artículos.
La propia Iberdrola predica con el ejemplo y va a incorporar 120 coches eléctricos a su flota de vehículos en un proceso de renovación que alcanzará la cifra del 40 % de su parque móvil total. Dedicarán estos vehículos a la mensajería de carácter urbano así como en actividades de los gestores de las unidades de distribución. La empresa ya hizo sus primeros pinitos en 2009 instalando puntos de recarga en sus principales edificios corporativos de Madrid y Bilbao, y la próxima ubicación en Valencia.
Además, han previsto la creación de un programa llamado Movilidad Verde que proporciona al comprador de un coche eléctrico todo un “pack” de facilidades para que le resulte irresistible este tipo de tecnología. Le ofrecen la instalación del punto de recarga, la financiación y el suministro de energía 100% renovable. Este paquete de medidas está diseñado para hacer atractivo el producto y convertirlo en un estándar de futuro para los próximos años. Para el 2030 se supone que se hará efectiva la consolidación del vehículo eléctrico en España y prácticamente habrán desaparecido los coches movidos por petróleo.
fuente
el pais.com