Si saben mover los pies y las caderas... ¡uff! Los hombres que bailan con sabor tienen un gran imán entre las chicas. Y esto está demostrado por un estudio reciente, en el que se observó que las mujeres se sienten atraídas sexualmente por los hombres que saben bailar bien.Y entre más variado y extravagante sea el movimiento de los hombres, mejor efecto tendrá su baile en las mujeres. Basta recordar a Cristián de la Fuente, Mario López, Hélio Castroneves y otros tantos galanes que han concursado en el popular reality 'Dancing with the Stars' para esbozar una enorme sonrisa y sentir un extraño calorcito en el cuepo, ¿o no?
Detalles del estudio publicado en la revista médica Biology Letters, de la British Royal Society
Científicos de la Universidad Northumbria en el Reino Unido y la Universidad de Gottingen en Alemania, le pidieron a 19 hombres de entre 18 y 35 años que bailaran durante un minuto, un ritmo básico de percusiones. Distintas cámaras los grabaron desde todos los ángulos posibles.
Estas imágenes se convirtieron en avatars, para que los movimientos del baile de cada hombre pudieran ser observados sin rastro de sus apariencias físicas. Ninguno de los hombres era bailarín profesional.
Las 37 mujeres que observaron el baile de los hombres respondieron mejor a aquellos que realizaron la mayor variedad de movimientos y pasos de baile.Llamaron más la atención de las chicas aquellos que movieron la cabeza, cuello y torso.Las mujeres calificaron a los hombres en una escala del uno al siete, y le dieron las peores puntuaciones a aquellos que sólo se movieron un poco en su lugar.Los científicos creen que el baile podría ser un indicativo de qué tan en forma están los hombres y de qué tan buenas son sus habilidades como amantes, y que por eso a las mujeres les resultan más atractivos quienes mejor bailan.
Puede o no ser cierto lo que este estudio sugiere con respecto a las habilidades en la alcoba, pero de lo que no cabe duda es de que un hombre que se mueve como Elvis Presley, Justin Timberlake o Robbie Williams, de inmediato llama nuestra atención y nos enciende el botoncito del deseo.
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